miércoles, 20 de agosto de 2025

El Presidente Idi Amin Dada

El Presidente Idi Amin Dada
Idi Amin Dada, Presidente de Uganda (1971-1979): ¿un bufón, un romántico, un panafricanista, un asesino, un liberador, un gamberro, un Quijote, un loco, un iluminado, un cómico, un músico, un mujeriego? ¿Todo a la vez? Probablemente, sí.

Idi Amin Dada: un Presidente indisciplinado

El Presidente Idi Amin Dada llegó veinte minutos tarde a su audiencia con el Papa Pablo VI porque se detuvo en el camino para disfrutar del bello paisaje entre Roma y Castel Gandolfo. Ningún Jefe de Estado ha sido tan indisciplinado como él en una audiencia papal.

Idi Amin Dada: un Presidente impulsivo

Según el Presidente Idi Amin Dada, un día tuvo una revelación divina en la que se le ordenaba expulsar a los extranjeros porque eran simples sanguijuelas. Por eso expulsó a más de 80.000 asiáticos, acusándoles de “ordeñar la vaca ugandesa sin preocuparse por su alimento”.

Soñó que un día “los ingleses serán los esclavos de los africanos” y se presentó a una cumbre de Jefes de Estados africanos en un palanquín llevado por cuatro blancos (3 ingenieros británicos y un cónsul sueco), mientras otro sueco le protegía del sol con un paraguas de colores. Y eso que medía 1,95 metro y pesaba en torno a 150 kilos.

Cuando se enteró que había pobres en Inglaterra, organizó una colecta nacional para ayudar a los pobres ingleses.

Cuando el Presidente norteamericano Richard Nixon estaba acorralado por el escándalo de Watergate en 1974, el Presidente Idi Amín Dada le escribió una carta para reprocharle de su mal comportamiento. Eso sí, no antes de llamarle “mi querido hermano”.

Al Presidente de Tanzania, Mwalimu Julius Nyerere, le escribió una auténtica carta de amor: “Ante todo quiero asegurarte que te quiero mucho, y que si fueras una señorita te pediría que te casaras conmigo”. En 1979, el Presidente Nyerere participará activamente en su derrocamiento, echando por tierra los principios de comunión en la compartida cultura bantú.

A los médicos les recordaba continuamente la importancia de lavarse las manos antes de operar a los enfermos.

En sus encuentros con los estudiantes, les aconsejaba tener mucho cuidado con las enfermedades de transmisión sexual: “os quiero mucho y no deseo que ninguno de vosotros tenga gonorrea”.

Idi Amin Dada: un Presidente delirante

El Presidente Idi Ain Dada afirmó haber tenido el distinguido título inglés de “Conquistador del imperio británico” que le permitía dirigir las luchas por la liberación de los pueblos oprimidos, ya sea en Uganda, en África del Sur (apartheid) o en Palestina.

Ya en su exilio, le mandó una carta a la Reina Isabel de Inglaterra proponiéndole un encuentro para arreglar sus diferencias: “si queréis conocer a un verdadero hombre, Majestad, venid a verme”.

Probablemente Idi Amin Dada fue uno de los mejores cómicos africanos del siglo pasado. Bailaba el “cha-cha-cha” en torno al fuego, tocaba el acordeón y la armónica, espantaba a los cocodrilos del Nilo y se consideraba el “último rey de Escocia”.

Idi Amin Dada: su nacimiento

El pequeño Idi Amin nació en 1925 y fue criado por su madre porque su padre desapareció misteriosamente al poco tiempo de nacer el que, más tarde se autobautizaría “Dada” (padre en swahili). Cuando alcanzó la mayoría de edad se hizo boxeador, llegando a ser campeón ugandés de los pesos pesados de 1951 a 1959.

Durante la insurrección de los Mau Mau en Kenya (en los años cincuenta), los ingleses empezaron a reclutar jóvenes ugandeses. Así, Idi Amin ingresó en el cuerpo de los “Fusileros africanos del Rey”. Sin haber terminado los estudios primarios, pasó de pinche de cocina a Lugarteniente en pocos años porque los ingleses promocionaban siempre a los líderes analfabetos con el objetivo de confirmar su teoría de que “los negros no son capaces de gobernarse a sí mismos”. De allí que un gamberro como Amin llegara a dirigir el Estado Mayor ugandés porque en las vísperas de la independencia, Amin era uno de los dos Oficiales del ejército ugandés. Los ingleses no le llevaron a juicio cuando, después de dirigir una operación contra ladrones de rebaños, se descubrió fosas comunes y sobrevivientes salvajemente torturados.

Idi Amin Dada: un Presidente sanguinario

Cuando el poco apreciado por los hijos de Inglaterra, el Presidente Milton Obote, manifestó su intención de llevarle a los tribunales, Amin se hizo con el poder mediante un golpe de estado con la inestimable colaboración de los británicos. Los mismos británicos que le siguieron apoyando, incluso cuando el desorden administrativo era clamoroso y los cocodrilos del río Nilo no daban a bastos para terminar con los cadáveres de ugandeses asesinados bajo orden presidencial. Hasta que un inglés que llevaba 15 años en Uganda tuvo la brillante idea de escribir un libro tratándole de “dictador de aldea” y fue arrestado y condenado a muerte. Ante las protestas de los ingleses, Amin reaccionó con el arresto de otro inglés por acumulación de bienes ilegítimos: tres botellas de aceite y una docena de latas de conservas. Para indultarles, Amin exigió que el jefe de diplomacia británica fuera a verle a Uganda. A partir de ese momento, los ingleses empezaron a planear cómo mover la silla presidencial ugandesa.

Idi Amin Dada: su final

Amin volverá a ocupar los titulares internacionales cuando un Airbus francés con 245 pasajeros fue secuestrado por un comando terrorista y desviado al Aeropuerto de Entebbe (Uganda). Amin negoció y consiguió la liberación de 47 pasajeros (niños y mayores), y más tarde de un grupo de cien más. Cuando los liberados aseguraron que los terroristas estaban separando los israelíes de otros pasajeros, Israel decidió actuar por su cuenta enviando discretamente un comando de élites a Uganda: los rehenes fueron liberados pero los sietes terroristas fueron asesinados, igual que una veintena de soldados ugandeses, tres rehenes y tres miembros del comando israelí. A partir de este momento, el imprevisible General Idi Amin Dada es considerado internacionalmente como un político acabado.

En octubre de 1978, el Presidente Idi Amin Dada cometió el error de perseguir a los rebeldes ugandeses hasta más allá de la frontera con Tanzania. Una oportunidad inmejorable que “su enamorado”, el Presidente Julius Nyerere, aprovechó para enviar sus blindados militares hasta Kampala, obligando al sanguinario Amin a mover sus 150 kilos hacia el Norte de Uganda y sustituirle por su delfín Yusuf Lule Kironde (Kampala, 1912 - Londres, 21 de enero de 1985. Fue Presidente provisional de Uganda entre el 13 de abril y el 20 de junio de 1979). Más tarde se refugiará en la Libia del sanguinario Gadafi, que no tardará en expulsarle de su territorio al darse cuenta de su carácter quijotesco. Finalmente encontrará refugio (como muchos dictadores africanos de religión musulmana) en Yeda (Arabia Saudita) donde acabará sus días el 16 de agosto de 2003, a los 78 años. Anunciando su muerte, Jeune Afrique – Premier site d'actualité sur l'Afrique afirmaba que nadie echará de menos al sanguinario Presidente ugandés, Idi Amin Dada: "Personne ne regrettera l’ancien boxeur, décédé le 16 août 2003 et dont les délires sanguinaires ont coûté la vie à quelque 300 000 Ougandais" (Le 16 août 2003, le dictateur ougandais Idi Amin Dada disparaissait – Jeune Afrique).

Madame Agathe Uwilingiyimana

Un encuentro fugaz con Madame Agathe Uwilingiyimana

Madame Agathe Uwilingiyimana

Cuando un compañero dijo en voz baja que estaba llegando la Ministra Agathe Uwilingiyimana, todos los chicos bajamos la cabeza. Aún así la vimos caminar muy rápido, protegida por dos guardaespaldas. Uno de ellos abrió la puerta del ascensor con llave, inspeccionó un poco el entorno, y los tres subieron hasta el despacho de la Ministra.

Madame Agathe había accedido a recibir una delegación de los alumnos que habíamos ido a reclamar mejoras en nuestro colegio tras una revuelta estudiantil. El resto de los chicos estuvimos esperando en los pasillos del ministerio hasta que aparecieron nuestros compañeros y nos dijeron que la ministra había aceptada nuestras reivindicaciones. Fue la única vez que la vi. Unos días después dejó el Ministerio de la Educación para ocupar el despacho de Primera Ministra (Ministri w'intebe).

Madame Agathe Uwilingiyimana: Primera Ministra ruandesa

Hay quienes dicen que el nombramiento de Madame Agathe Uwilingiyimana como Primera Ministra fue una estrategia del Presidente Juvénal Habyarimana para recuperar su autoridad que estaba siendo debilitada por los guerrilleros del Frente Patriótico Ruandés (FPR) y la oposición interna dirigida por Faustin Twagiramungu (alias Rukokoma) que estaba hambriento del poder. Es cierto que Madame Agathe Uwilingiyimana era miembro del partido político de oposición, MDR, del que era miembro su antecesor en el cargo, Dismas Nsengiyaremye. Pero cuando madame Agathe aceptó ser Primera Ministra, su partido le expulsó de sus filas y se quedó sola, sin apoyo oficial de ningún partido político.

Un Habyarimana superado por los acontecimientos debió pensar que recuperaría el poder si nombraba a una mujer en el cargo de Primera Ministra. Pero se equivocó. Al poco tiempo, Madame Agathe Uwilingiyimana empezó a cuestionar su autoridad moral y llegó a considerar al Presidente como prescindible en las negociaciones de paz que se estaba llevando a cabo en Arusha (Tanzania) entre el Gobierno y los guerrilleros del FPR. Los rumores de Golpe de Estado dirigido por la Primera Ministra era un secreto a voces en la capital ruandesa.

Pero muchos dudan que una mujer civil fuera capaz de jubilar a todo un General en la Jefatura del Estado desde 1973. Es cierto que ella organizaba reuniones en su residencia con militares de su región. Es cierto que consideraba que el Presidente Juvénal Habyarimana debía ser forzosamente jubilado. Y es cierto que los militares, sobre todo la Guardia Presidencial, estaban al corriente de las intenciones de Madame Agathe. De hecho, cuando el 06 de abril de 1994 fue asesinado el Presidente Juvénal Habyarimana, la muerte de Madame Agathe Uwilingiyimana era una reacción estratégica para crear el vacío de poder y evitar, así, que el poder cayera en manos de los afines a los guerrilleros.

En la madrugada del 07 de abril 1994, un par de horas después del atentando mortal contra el Presidente Juvénal Habyarimana, la Guardia Presidencial rodeó la casa de la Primera Ministra Agathe Uwilingiyimana. MINUAR envió diez Cascos Azules belgas para escoltarla hasta Radio Ruanda para dirigirse al país. Hasta entonces la residencia de la Primera Ministra estaba protegida por 5 Cascos Azules de Ghana. Pero cuando llegaron los belgas, la Guardia Presidencial los desarmó (entre las 6:45 y 7:15). Al darse cuenta que se quedaba sin protección, Madame Agathe Uwilingiyimana y su familia se escondieron en un edificio cercano de la ONU. Algunos testigos dicen que la Guardia Presidencial no tardó en localizar su escondite, y temiendo provocar masacres de más personas, se entregó a los militares. Acto seguido le asesinaron. El capitán de MINUAR, Mbaye Diagne, logró esconder los hijos de la Primera Ministra y sacarlos del país hacia Suiza, según contó el entonces Jefe de MINUAR, el General Roméo Dallaire.

Biografía de Madame Agathe Uwilingiyimana

Madame Agathe Uwilingiyimana nació el 23 de mayo de 1953 en Nyaruhengeri (provincia de Butare). Al poco tiempo de nacer sus padres inmigraron a Congo Belga para trabajar allí durante 4 años. Al volver a Butare, Agathe Uwilingiyimana empezó sus estudios primarios y secundarios en Lycée Notre Dame Des Citeaux. En 1976 se graduó en Matemáticas y fue contratada como Profesora en Ecole Sociale de Butare y se casó con Ignace Barahira con quien tuvo 5 hijos.

En 1983, Madame Agathe Uwilingiyimana enseñó Matemáticas en la Universidad Nacional Ruandesa, campus de Butare. En 1986 fundó una cooperativa de ahorros y préstamos para los Profesores. Su espíritu emprendedor se recibió con buenos ojos por parte de los dirigentes del país que en 1989 le llamaron para trabajar en el Ministerio de Comercio. En 1992 ingresó en el recién legalizado Partido MDR, y en el mismo año fue nombrado Ministra de Educación por Dismas Nsengiyaremye, al que sustituirá en el cargo el 18 de julio de 1993. Según los Acuerdos de paz de Arusha, Madame Agathe Uwilingiyimana debía abandonar su cargo de Primera Ministra el 25 de abril de 1994. Pero fue asesinado el 07 de abril de 1994, después del atentado mortal del Presidente Juvénal Habyarimana (La primera ministra, 11 'cascos azules' belgas y 17 curas, asesinados en la ola de terror de Ruanda | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)).

Según el Tribunal internacional para Ruanda (TPIR), fue el Mayor Ntuyahaga Bernard quien ordenó su asesinato, igual que la muerte de los 10 Cascos Azules belgas que pretendían llevarle a la emisora oficial. El 09 de abril de 1994, la cúpula militar nombró a Sindikubwayo Theodore como presidente de la Republica Ruandesa. Pero el mal ya estaba hecho. Los llamamientos de Madame Agathe Uwilingiyimana para que la comunidad internacional interviniera para evitar un baño de sangre fueron ignorados. Tal vez por eso el actual Presidente ruandés afirma que la comunidad internacional no hizo nada para evitar las matanzas, y que el pueblo ruandés no le debe nada a ningún país. Madame Agathe Uwilingiyimana decía en la emisora francesa que si la comunidad internacional intervenía, el pueblo ruandés tendría toda su vida para agradecerlo.

Sorprende escuchar su voz tranquila, a pesar de que sabía que el fin de su vida estaba cerca, después de la muerte del Presidente Juvénal Habyarimana. Por su valor testimonial, transcribo sus declaraciones en Radio France Internacional, pocas horas de su muerte:

Últimas declaraciones de Madame Agathe Uwilingiyimana

“Ce que je peux dire à la Communauté Internationale c’est de solliciter à la Communauté Internationale d’intervenir pour que le peuple rwandais puisse garder son calme, puisse réellement garder son calme et continuer dans la voix de la paix dans laquelle il s’est engagé depuis bientôt une année. La Communauté Internationale peut nous aider pour que les choses n’évoluent pas mal, pour qu’on se remette sur les rails de la recherche de la paix. Je pense que le peuple rwandais aurait toute sa vie à remercier à la Communauté Internationale de cela” (Madame Agathe Uwilingiyimana).

RUANDA: FICHA TÉCNICA

Atentado

El 6 de abril de 1994, un evento trágico marcó el inicio de uno de los episodios más oscuros de la historia reciente: el genocidio de Ruanda. En esa fatídica fecha, el avión privado del presidente ruandés, Juvénal Habyarimana, un jet Dassault Falcon 50, fue derribado por dos misiles mientras se aproximaba al aeropuerto de Kigali, la capital de Ruanda. Este avión había sido un regalo del primer ministro francés Jacques Chirac.

El atentado no solo resultó en la muerte del presidente Habyarimana, sino también en la del presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira, quienes ambos pertenecían a la etnia hutu y viajaban juntos en ese momento. Este ataque provocó una reacción en cadena que desató el genocidio de Ruanda, considerado uno de los más sanguinarios en proporción a su duración. En solo 100 días, entre abril y julio de 1994, se cometieron más de 800,000 asesinatos, la mayoría de ellos contra personas del grupo étnico tutsi a manos de extremistas hutu.

Geografía

Ruanda se extiende por una superficie de 26.338 km². Estratégicamente localizado en el ecuador, su posición geográfica le confiere características únicas. El país limita al norte con Uganda, al sur con Burundi, al este con Tanzania y al oeste con la República Democrática del Congo. Estas fronteras configuran una nación rica en diversidad geográfica y cultural.

Clima

A pesar de estar situado en el ecuador, el clima de Ruanda es predominantemente templado debido a su altitud. Las temperaturas medias anuales oscilan entre los 20 y los 25°C, variando según la altura. Esta particularidad climática crea un entorno propicio para una variedad de ecosistemas y una agricultura diversa, aspectos fundamentales para la economía local.

Demografía

Con una población estimada de 13,3 millones de habitantes según las Naciones Unidas en 2021, Ruanda es un país densamente poblado en comparación con su superficie. La capital, Kigali, es el epicentro político y económico, albergando a 1,13 millones de personas. La diversidad étnica y cultural de su población contribuye a una sociedad rica en tradiciones y dinámicas sociales.

Catolicismo

El catolicismo es la religión más practicada en Ruanda, con un 56,5% de la población identificándose como católicos. La Iglesia Católica ha desempeñado un papel significativo tanto en la historia como en el desarrollo social del país. Muchas escuelas, hospitales y otras instituciones comunitarias han sido establecidas y continúan siendo gestionadas por organizaciones católicas.

Protestantismo

El protestantismo también tiene una destacada presencia en Ruanda, representando el 26% de la población. Entre los diferentes grupos protestantes, los adventistas del séptimo día son relevantes, constituyendo un 11,1% de la población total. Ambas denominaciones tienen una influencia importante, especialmente en el ámbito educativo y de salud, brindando servicios esenciales a muchas comunidades.

Islam

El islam es practicado por el 4,6% de los ruandeses. Aunque es minoría en comparación con el cristianismo, esta comunidad musulmana contribuye significativamente a la composición religiosa del país. Las prácticas islámicas y festividades se respetan y celebran ampliamente, integrándose sin conflictos en la sociedad ruandesa.

Religión tradicional

Si bien las creencias indígenas representan una minoría con solo el 0,1% de la población, su influencia cultural y espiritual sigue presente. Estas creencias tradicionales prosperan principalmente en comunidades rurales y son transmisoras de valores y tradiciones ancestrales. Además, el 1,7% de la población se considera no religioso, reflejando una tendencia global hacia la secularización y la libertad de creencias personales.


La Filosofía Bantu

P. Alexis Kagame

La cultura bantu es una de las culturas negroaficanas que engloba a muchos pueblos africanos. Fue en la década de los cincuenta cuando empezaron a aparecer diversos estudios sobre sus elementos fundantes. Son clásicos los estudios del misionero franciscano belga Placide TEMPELS (La philosophie bantoue, 1949), del sacerdote ruandés, Alexis KAGAME (La philosophie bantu comparée, 1976) y del sacerdote congoleño Vincent MULAGO (Un visage africain du christianisme. L’union vitale bantu face à lúnité ecclésiale (1965); La religión traditionnelle des bantu et leur vision du monde (1973) y Simbolismo religioso africano. Estudio comparativo con el sacramentalismo cristiano (1979). Poco a poco los estudios sobre la cultura bantu se han ido especializando en aspectos más concretos. Sirva de ejemplo los estudios de Antonio DANOZ FERNÁNDEZ (Inculturación cristiana del matrimonio africano-bantú, 1987); Miguel COMBARRO (Dios en África. Valores de la tradición bantú, 1993); Vicente Carlos KIAZIKU (L’inculturazione come sfida alla vita consacrata nell’africa bantu, 1999) y la tesis doctoral de Dámaso MASABO (El drama de los Grandes Lagos (1993-1997). Hacia la teología bantú del sufrimiento, Universidad Pontificia de Salamanca, 2002).

El término "bantu"

El término “bantu” no pertenece, en concreto, a ninguno de los pueblos bantus. De hecho, su formación es un poco misteriosa. Según los estudios del filósofo y etnólogo ruandés, Alexis KAGAME, hasta 1862 el término “bantu” no fue usado en ningún escrito. Aparece, por primera vez, en la tesis doctoral del filólogo alemán W. H. J. BLEEK, defendida en la Universidad de Bonn (KAGAME, A., La philosophie bantu comparée. Présence Africaine (Paris 1976) 52). En este estudio, BLEEK indica “el parentesco lingüístico existente entre la mayoría de las lenguas al sur de una línea imaginaria que va del centro de Camerún al centro de Kenya” (KI-ZERBO, J., Historia del África Negra. De los orígenes al siglo XIX. Alianza Editorial (Madrid 1980), 259). En el mismo año, BARTH publicó un escrito sobre los Ba-Sprachen (Lenguas-Ba), es decir, sobre las distintas lenguas africanas que en el plural de la primera clase usan este clarificativo BA-, por ejemplo “BA-nyaruanda”. Más tarde, con sus nuevos estudios, Sir G. GREY sugirió que se considerara todas estas lenguas como “lenguas Ba-ntu”, porque la raíz –NTU (ser humano) es común a todas ellas. Así nació el término “bantu” para denominar, en primer lugar, a las lenguas que, en el plural de la primera clase, usan el clarificativo –BA- y que para designar al ser humano usan la raíz –NTU. A partir de entonces, los etnólogos emplearon este término para hablar de la civilización de los distintos pueblos que emplean estas lenguas.

“Ses inventeurs n’avaient cependant en vue que les langues uniquement. Mais dans la suite les ethnologues s’en emparèrent pour désigner également la civilisation et les différentes races qui en vivaient” (KAGAME (1976) 52-53).

Poco a poco el término se fue consagrando en el uso de los exploradores y misioneros occidentales.

En nuestro estudio utilizamos los términos “bantu” (como si fuese un nombre masculino singular), y “bantus” (como si fuese un nombre masculino plural). Algunos estudios usan simplemente el término “bantú” (o “bantu”) en plural y en singular, indistintamente. (ejemplo: Miguel COMBARRO, Dios en África. Valores de la tradición bantú, 1993: “bantú”, en plural, es empleado como si estuviese en singular). En la lengua de base para nuestro estudio, la lengua kinyaruanda de Ruanda, el término abantu, en plural, significa personas (hombres o mujeres). El término umuntu, en singular, significa persona (hombre o mujer). Hombre se traduce por umugabo y mujer se traduce por umugore. Para más detalles, puede consultarse la monumental obra de OBENGA, Th., Les bantu. Langues, peuples, civilisation (Présence Africaine, Paris 1985). También se puede consultarse el interesante artículo de NTUMBA, Ts., “La vision Ntu de l’homme: essaie de philosophie linguistique et antropologique”, en Cahiers des religions africaines, núm. 14 (1973) 175-197.

Orígenes del pueblo bantu

Acerca del origen de los bantús, se suele presentar cinco teorías (BYARUHANGA-AKIIKI, A.B.T., “Aspectos del matrimonio bantú”, en Misiones extranjeras, núm. 58 (1980) 327-348, p. 330.):

  • según GREEENBERG (GREENBERG, The position of bantu (1972) 1) los bantus proceden de la región del lago Chad y del río Benue en Nigeria y Camerún;

  • los estudios de GUTHRIE (GUTHRIE, Bantu origins (1962) 1) defienden la existencia de un núcleo bantú principal en tierras Luba, al Sur del Zaïre;

  • HIERNAUX (HIERNAUX, Bantu expansion (1968) 1), por su parte, no se atreve a indicar ningún sitio: para él, los bantus vendrían de varios sitios de África.

  • SUTTON (SUTTON, New radiocarbon dates for Eastern and Southern Half of Africa (1972) 1) coloca el origen de los bantús en la región interlacuste del África Oriental.

  • Según POSMANSK, los bantus se movieron, desde el principio, del este hacia el centro y sur de África (Cfr. LADRILLE, G., “Réflexions sur la vision du monde chez les bantu”, en Revue africaine de théologie, núm. 35 (7-19).

De todos estos estudios podemos sacar una conclusión: en sus orígenes, los pueblos bantús formaban una unidad. Pero poco a poco se fueron dividiendo en tres grupos principales: los bantus meridionales, los bantus centrales y los bantus nor-orientales (KIAZIKU (1999) 18; RAMPAZZO, L., La famille au Burundi (Editrice Missionaria Italia, Bologna 1981) 14). Actualmente se expanden a lo largo y ancho del África meridional, central y nororiental: desde el sur de Camerún a Gabón, Congo, Kenia, Uganda, Rwanda, Burundi, Tanzania, Angola, Zambia y Mozambique. Kiaziku afirma que “un terzo della popolazione negro-africana è bantu” (KIAZIKU (1999) 18). Y Miguel Combarro cifró, en 1993, en más de 170 millones bantús, casi un tercio de toda la población negroafricana que alcanzaba los 526 millones de habitantes (COMBARRO (1993) 16). Alrededor de 360 lenguas son habladas en pueblos bantus (DANOZ FERNÁNDEZ (1987) 12). Estos pueblos se caracterizan por practicar el permanente recuerdo a sus antepasados y una particular antropo-cosmovisión basada en la unión vital (según KAGAME, los pueblos bantú se caracterizan fundamentalmente por una misma “structuration mentale du signe des idées, la catégorisation des êtres et des existants, la conception du monde et de l’exister de l’au-delà” (KAGAME (1976) 55).

La filosofía bantu

El punto de partida de cualquier estudio sobre la antropología bantú es que la persona humana es comunión vital:

en la cosmovisión negro-africana la vida es comunión, participación en un principio vital que trasciende al individuo. Esta concepción se basa en un principio que se ha formulado como la unión vital, principio que regula todas las instituciones y costumbres familiares, sociales, políticas y religiosas” (GARCÍA GARCÍA: (1999) 64).

En este apartado, vamos a detallar en qué consiste este principio vital y cómo se hace visible en los pueblos bantus. En primer lugar sintetizaremos los estudios clásicos de Tempels y Mulago, en segundo lugar analizaremos la actualidad de la comunión vital en la vida consagrada de los bantús.

Estudios de Placide Tempels

El misionero belga, Placide Tempels (1906-1977: Tempels Biography (aequatoria.be)), fue el primero en estudiar con profundidad, desde el punto de vista ontológico, las raíces del pensamiento y del comportamiento de los pueblos bantus. Su obra, La philosophie bantoue (1945) marcó una línea de investigación y de acercamiento a lo que él llamó, desde el principio, la filosofía bantu. En 1947, el senegalés Alioune Diop reconoció que La Philosophie bantoue es

un libro esencial para el Negro, para su conciencia, para su sed de situarse en relación con Europa. Debe ser también el libro de cabecera de todos aquellos que se preocupan por comprender al africano y entablar con él un diálogo vivo” (« La Philosophie bantoue », premier ouvrage occidental à reconnaître l’existence d’une pensée africaine (lemonde.fr)).

Es un libro que está siempre de actualidad. Tiene el mérito de haber sido el primer libro en plantear la posibilidad de una filosofía africana. Un artículo de Severine Kodjo-Grandvaux, de este año vuelve sobre Temples para destacar la importancia de su obra:

“En quoi ce livre a-t-il été si déterminant? En posant pour la première fois la possibilité d’une philosophie africaine à une époque où l’Afrique est colonisée et où, parmi les savants occidentaux, on parle encore, la concernant, de « mentalité primitive » selon la formule de l’anthropologue Lucien Lévy-Bruhl. En procédant ainsi, Placide Tempels dément les thèses hégéliennes selon lesquelles l’Afrique se situe hors du champ de la raison et de l’Histoire. Certains intellectuels africains ont immédiatement saisi le potentiel révolutionnaire d’un tel propos : dire qu’il y a de la philosophie en Afrique ne revient-il pas à affirmer que « le Noir » est doué de raison et qu’en cela même, il doit être libre?” (« La Philosophie bantoue », premier ouvrage occidental à reconnaître l’existence d’une pensée africaine (lemonde.fr)).

Souleymane Bachir Diagne (Profesor en la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar) recuerda (Revisiter «La Philosophie bantoue» | Cairn.info) que

on a considéré que l’année 1945 avait marqué un commencement théorique capital lorsque La Philosophie bantoue du père missionnaire belge Placide Tempels, publiée dans l’une des deux principales langues de la colonisation de l’Afrique, le français, était apparue comme le premier ouvrage à reconnaître à un peuple africain – celui des Baluba du Congo – un «système philosophique développé».

Desde el principio, Placide Tempels sostuvo que la concepción de la vida en la cultura bantu está centrada en “un solo valor: la fuerza vital” (TEMPELS (1949) 30):

la conception de la vie chez les bantous est centrée sur une seule valeur: la force vitale (TEMPELS (1949) 30). “Ce que nous taxons de magie, n’est à leurs yeux autre chose que la mise en œuvre des forces naturelles placées à la disposition des hommes par Dieu, pour le renforcement de la vie humaine” (TEMPELS (1949) 34).

En nuestro estudio, reunimos bajo el mismo concepto a todos aquellos que intentan, de una forma o de otra, expresar este principio fundante de las relaciones en los pueblos bantus. Estos conceptos son la fuerza vital, la comunión vital, la unión vital, sin olvidar que el concepto de comunión vital expresa mejor la transmisión dinámica de la fuerza vital entre los miembros de una misma familia:

“pour les bantous, tous les êtres de l’univers possèdent leur force vitale propre; humaine, animale, végétale ou inanimée. Chaque être a été doté par Dieu d’une certaine force, susceptible de renforcer l’énergie vitale de l’être le plus fort de la création: l’homme. La félicité suprême, la seule forme du bonheur est pour les bantous la possession de la plus grande puissance vitale” (TEMPELS (1949) 34).

La fuerza vital está inseparablemente unida al ser. De hecho, ser y fuerza forman una sola unidad: “l’être est ce qui possède la force» (TEMPELS (1949) 35). En la cosmo-antropología bantu, la fuerza no es un atributo del ser, es la esencia misma del ser: “la force n’est pas un accident, c’est même bien plus qu’un accident nécessaire, c’est l’essence même de l’être en soi” (TEMPELS (1949) 35). El mismo Dios es fuerza.

Para los pueblos bantus, las fuerzas están subordinadas. Dios es el origen de toda fuerza. Es él quien comunicó su fuerza vital a los primeros padres de la humanidad bantu(los fundadores de los distintos clanes) y les dio el poder de ejercer su influencia sobre los demás descendientes. Después de estos primeros padres, vienen los antepasados de cada tribu según el grado de su progenitura (las fuerzas de los hijos mayores influyen sobre los menores). Después de la clase de las fuerzas humanas, siguen otras fuerzas, empezando por la fuerza de los animales, de las plantas y de los minerales (TEMPELS (1949) 43). En este sentido, incluso

“l’enfant, même adulte, demeurera toujours pour les bantous, un homme, une force, une dépendance causale, une subordination ontologique des forces que sont ses père et mère. La force aînée domine toujours la force puînée, elle continue à exercer son influence vitale sur elle. Voilà un premier exemple de la conception bantoue, suivant laquelle, les êtres forcés de l’univers ne constituent pas une multitude de forces indépendantes juxtaposées. D’être à être, toutes les créatures se trouvent en rapport suivant des lois et une hiérarchie (…). Rien ne se meut dans cet univers de forces sans influencer d’autres forces par son mouvement. Le monde des forces se tient comme une toile d’araignée dont on ne peut faire vibrer un seul fil sans ébranler toutes les mailles” (TEMPELS (1949) 41).

Por tanto, la jerarquía de la fuerza vital está regulada por las siguientes leyes:

  1. “l’homme (vivant ou trépassé) peut directement renforcer ou diminuer un autre homme dans son être”;

  2. “la force vitale humaine peut influencer directement dans leur être même des êtres-forces inférieurs (animaux, végétaux ou minéraux)”;

  3. “un être raisonnable (esprit, mâne ou vivant) peut influencer indirectement un autre être raisonnable en agissant sur une force inférieur (animal, végétal ou minéral) par le truchement de laquelle il atteindra l’être raisonnable”;

  4. “suivant la métaphysique bantoue, il est exclu que la force inférieure exerce par elle-même une action vitale sur une force supérieure” (TEMPELS (1949) 46.).

La influencia de los antepasados sobre los muertos es una acción permanente en la cultura bantu:

“les relations, influences vitales des morts sur les vivants, sont pain quotidien pour les bantous; dans une mesure plus ou moins grande ces phénomènes sont mentionnés dans la vie de tout muntu, ils vivent en communauté avec leurs morts, et cette influence vitale des défunts ne doit pas être jugée prénaturelle sur les critères de notre philosophie, mais comme un événement naturel, comme le cours normal des choses du monde des forces de la philosophie bantoue” (TEMPELS (1949) 60).

Los bantus vivos se encuentran en relación permanente con Dios, con su ascendencia, con sus hermanos y hermanas de clan, con su propia familia y sus descendientes, y con, por supuesto, su patrimonio (TEMPELS (1949) 68-69). Por eso los bantus no pueden ser “seres solitarios”. No se les puede aplicar la categoría de “ser social” que la antropología y sociología occidentales aplica a todo ser humano. Los bantus se saben y se sienten fuerza vital en relación actual, íntima y permanente con las demás fuerzas que actúan por encima o por debajo de ellos, en la jerarquía de las fuerzas que hemos descrito más arriba (TEMPELS (1949) 34).

Como síntesis de La philosophie bantoue, podemos decir que los bantús son conscientes de ser una fuerza vital influenciada e influyente. Por eso, “el ser humano considerado al margen de la jerarquía ontológica, de la interacción de fuerzas, es inexistente en la concepción bantú” (TEMPELS (1949) 71).

Estudios de Vincent Mulago

En 1955, un estudiante bantu, Vincent Mulago (1924-2012: EGLISE1PIEGE » Archive du Blog » Abbé Vincent Mulago (1924-2012) (unblog.fr)), defendió una tesis doctoral en Teología en la Universidad de la Propaganda de Roma, bajo el título de “L’union vitale bantu chez les Bashi, les Banyarwanda et les Barundi face à l’unité ecclésiale (MULAGO, V., L’union vitale bantu chez les Bashi, les Banyarwanda et les Barundi face à l’unité vitale ecclésiale (thèse de doctorat en Théologie présentée à l’université de la Propagande, Rome 1955)). Este sacerdote congoleño ha seguido investigando en este campo de la filosofía bantu en sus estudios posteriores (MULAGO, V., “L’union vitale bantu ou le principe de cohésion de la communauté chez les Bashi, les Banyarwanda et les Barundi”, en Annali Lateranensi XX (Rome 1956) 61-263 ; “L’union vitale bantu”, en Rythmes du monde IV 2-3 (Abbaye St. André, Bruges 1956) 133-141 ; Un visage africain du christianisme. L’union vitale bantu face à l’unité vitale ecclésiale (Paris 1965) o Simbolismo religioso africano (BAC, Madrid 1979)).

Mientras Tempels usa la expresión “fuerza vital” para describir la filosofía bantu, Mulago prefiere usar las expresiones “unidad de vida”, “unión vital” o “comunión-participación vital”. Aunque Mulago no rechaza la tesis de la fuerza vital de Tempels, dice que solamente se justifica en un plano fenomenológico, siendo insostenible en un plano metafísico. A esta conclusión llega después de sus estudios monográficos realizados entre los bakongo, los mongo, los baluba de Kasai, los bashi y los banyarwanda (Zona de los Grandes Lagos):

“por unidad de vida o unión vital nosotros entendemos:

  1. una relación de ser y de vida de cada uno con sus descendientes, su familia, sus hermanos y hermanas de clan, su ascendencia, y con Dios, fuente primera y última de toda vida;

  2. una relación óntica análoga de cada uno con su patrimonio, su haber, con todo aquello que allí crece y vive” (MULAGO (1979) 283).

Ya Mulago había defendido, en otros estudios, que la comunión vital es “un lazo existencial” que vertical y horizontalmentea los seres vivos y los muertos y que es el resultado de una “comunión o participación de una misma realidad o principio vital que une a los seres entre sí” (MULAGO (1965) 117).

Según su esquema de la jerarquía de los seres según su rango vital y su unión orgánica los unos con los otros:

  • Dios es la fuente.

  • Al nivel del mundo invisible, los primeros participantes de esta vida son los fundadores de clanes, seguidos por los espíritus de los antiguos héroes, las almas desencarnadas de los padres difuntos y de los miembros del clan, los espíritus que pertenecen al mismo tiempo al mundo visible e invisible.

  • Al nivel del mundo visible, los primeros en participar de la vida de Dios son el rey y la reina madre, siguen después aquellos que participan del poder real y lo continúan, los jefes de los clanes, los jefes de familia y los miembros de diferentes familias. Los animales, las plantas y los seres inorgánicos son considerados como prolongación y medios vitales de aquellos a quienes pertenecen y de quienes dependen (MULAGO (1979) 286-287).

Vincent Mulago concluye este tema afirmando que “el muntu es un hombre que no existe más que en comunidad y por la comunidad (...). Los negro-africanos viven los unos para y por los otros, aun en las relaciones que unen a los vivos con los antepasados” (MULAGO (1979) 300).

La comunión bantú

Hemos visto que mientras Tempels construye su filosofía bantú sobre la categoría primordial de la fuerza vital, Mulago insiste en la unión vital. A pesar del debate entre los estudiosos de la filosofía bantu, existen acuerdos mínimos que cualquier estudio hecho sobre el terreno no puede ignorar: la realidad de la fuerza vital y de la comunión vital, en cuanto que la vida está hecha por una especie de corriente dinámica que procede de un ser supremo y abarca todos los seres creados, tanto visibles como invisibles.

Ciertamente, examinando lo que se suele llamar grandes instituciones de los pueblos bantús (familia y antepasado), se llega a la conclusión de que su base principal es la participación en la misma vida. Pero también es verdad que la unión vital se construye gracias a las continuas actuaciones de unas fuerzas jerarquizadas que deben mantenerse en armonía. Por eso la vida es concebida dinámicamente: puede crecer o disminuir dependiendo de la influencia de las fuerzas (LADRILLE, G., “Réflexions sur la vision du monde chez les Bantu”, en Cahiers des religions africaines, 35 (1984) 7-19,15). Precisamente por este principio vital comunitario,

el ser humano no es un todo vital perfectamente acabado, sino sólo una parte de ese todo; la persona no posee la vida en sí y por sí, sino que participa de un principio vital común a todos los miembros de la comunidad” (GARCÍA GARCÍA (1999) 65).

Por ser fundamentalmente comunión, los bantus están sujetos a interacciones vitales. Al participar del mismo principio vital de su familia, “la vida del individuo queda sometida, mejor aún, abierta a sus influencias vitales positivas o negativas, no sólo del grupo en general, sino también de cada uno de sus miembros” (GARCÍA GARCÍA (1999) 68).

La interacción de la fuerza vital es jerárquica y armónica: “quien da la vida es vitalmente superior al que la recibe” (GARCÍA GARCÍA (1999) 68.). Dios, los antepasados, los seres humanos y todo aquello que constituye su medio de vida: la tierra y cuanto la puebla (GARCÍA GARCÍA (1999) 68).

En términos generales, lo que está presente en el imaginario de un muntu es que el origen de toda fuerza vital es el Dios Creador que ocupa el escalón superior. Él transmite su fuerza al antepasado fundador de la familia, quien a su vez la comunica a los demás antepasados. Ellos son, en unión, protectores y transmisores de esta fuerza vital. Son los encargados de comunicarla a los familiares vivos (empezando por la cabeza de la familia), quienes a su vez la comunican a sus posesiones. Pero esto no quiere decir que la tierra, los animales, los minerales y las plantas tengan que ocupar necesariamente el escalón inferior, tal como escribe Miguel Combarro (COMBARRO (1993) 44). Por ejemplo puede darse casos en los que el padre de familia transmita su fuerza vital al bastón que emplea en su vida diaria. Este bastón tendrá la misma fuerza vital que él, y quien entre en contacto con él recibirá la misma fuerza que su dueño, y esta fuerza será mayor que la de la madre o del primogénito. Pero tiene que haber la voluntad expresa del padre de transmitir su poder a su bastón. De ahí que el principio general sea este:

los animales, las plantas, los seres inorgánicos son considerados como prolongación y medio vitales de aquellos a quienes pertenecen y de quienes dependen” (MULAGO (1979) 287).

Conclusiones

El continente negroafricano está saturado de malas noticias. Son muchos los intentos de comprender la situación socioeconómica de África. Algunos creen ver en esta situación una especie de destino inevitable, ya que incluso geográficamente África tiene forma de interrogante. África comenzó mal (DUMONT, R., L’Afrique noire est mal partie, Le Seuil 1963), está estrangulada (DUMONT, R.-MOTTIN, M.F., L’Afrique étranglée, Le Seuil 1980), está muy enferma (DIAKITE, T., L’Afrique malade d’elle-même, Karthala 1986), está estancada (GIRI, J., L’Afrique en panne, Karthala 1986). A nivel internacional, los gritos de los negroafricanos son clamorosos (ELA, J.M., El grito del hombre africano. Cuestiones dirigidas a los cristianos y a las iglesias de África, Verbo Divino 1998). Los sacerdotes ya se han hecho muchos interrogantes (AA. VV., Des prêtres noirs s’interrogent, Cerf, 1957) y no saben si el continente va a desaparecer pronto (KÄ MANA, L’afrique va-t-elle mourir?, Karthala 1993), o si es Dios quien se ha ido a morir en África (MOTOGO, Dieu peut –t-il mourir en Afrique?, Karthala 1997). Estas reflexiones de varios autores africanos o extranjeros reflejan el callejón sin salida en el que ha entrado África: por eso los interrogantes se hacen cada vez más dramáticos. Da la sensación de que al final de cada reflexión acerca de África es necesario hacerse una pregunta: África, ¿por qué? (González Calvo 2003).

Raro es un país africano sin tensiones religiosas, sociales, políticas o étnicas. El Sínodo de los Obispos africanos sostiene que “una situación común es, sin duda, el hecho de que en África abundan los problemas: en casi todas nuestras naciones hay una miseria espantosa, una mala administración de los escasos recursos de que se dispone, una inestabilidad política y una desorientación social. El resultado está ante nuestros ojos: miseria, guerras, desesperación. En un mundo controlado por las naciones ricas y poderosas, África se ha convertido prácticamente en un apéndice sin importancia, a menudo olvidado y descuidado por todos” (EA 40).

De ahí que muchos sentencien que África es un continente en “verdadera ebullición” (MASABO (2002) 52.), En este tercer milenio, buena parte de los casi 861 millones de africanos tienen problemas para sobrevivir en un continente que todavía goza de ciertos recursos naturales. Aunque la casi totalidad de los países africanos tienen una población muy joven, para muchos sobrevivir es un desafío diario. La mayoría de ellos tienen que “afrontar un futuro incierto sin perder las señas de identidad” (CORTÉS LÓPEZ, J. L., “Población y sociedad”, en Mundo Negro, núm. 441-442 (2000), 7-21, p. 8.).

En los pueblos bantus, gran parte de la población se enfrentan a una existencia marcada por el hambre y la malnutrición. Enfermedades mortales como la malaria, el cólera y sobre todo el sida son frecuentes. Los conflictos armados se han cobrado millones de muertos y de desplazados en los últimos años. Los servicios sociales esenciales como la sanidad y la educación se encuentran bloqueados. Esto explica porqué la población africana se encuentra en los últimos puestos del índice de desarrollo humano. De hecho, “la totalidad del continente subsahariano, si exceptuamos África del Sur, está en una crisis aguda y en unos niveles de vida más bajos que en los momentos de la independencia” (CORTÉS LÓPEZ, J. L., Historia contemporánea de África. Desde 1940 hasta nuestros días. De Nkrumah a Mandela (Mundo Negro, 1995) 197).

Todos los indicadores económico-socio-políticos apuntan en esta dirección de una crisis muy grave. Las voces africanas denuncian que los pueblos negroafricanos siguen estando excluidos de los cenáculos en los que se reparten los poderes y las riquezas de muchos pueblos (MVENG (2001) 231). Aunque todos los estados africanos cuentan con dirigentes políticos y eclesiásticos africanos, el fracaso político es patente: regímenes dictatoriales, frecuentes golpes de estado y guerras civiles y fratricidas. Estos fenómenos tuvieron una repercusión negativa en las estructuras económicas, ya de por sí muy frágiles. Muchos dirigentes no distinguen los bienes públicos de los privados y han convertido la tiranía en la forma “normal” de gobernar (NDONGO-BIDYOGO, D., “La democracia truncada”, en Mundo Negro, núm. 474-475 (2003) 38-44, 39). La pregunta que nos hacemos es ¿qué queda de los valores bantú? Todo lo que ocurre ha ocurrido o sigue ocurriendo en el entorno de la zona de los Grandes Lagos refleja la lejanía de los valores bantus. Es muy difícil creer en la existencia de una fuerza vital o de una comunión vital en La República Democrática del Congo, tierra en que Tempels, Mulago y el propio Kagame sistematizaron la filosofía bantu.

Si todo bantú sabe que vive en absoluta dependencia de sus antepasados que le transmiten la comunión vital, ¿por qué no se esfuerza para incrementarla? Somos conscientes que la ruptura de esta comunión ha traído la desintegración de la Zona de Los Grandes Lagos de África.

Difícilmente podemos seguir afirmando que el mantenimiento de la armonía y del equilibrio entre todos los seres o categorías que componen su mundo: Dios, los espíritus, el hombre y su medio vital constituye una de las preocupaciones básicas del muntu. No cabe duda de que la herencia cultural bantu ha sucumbido a la tentación del individualismo, tan extraño a sus mejores tradiciones de antaño. Entre la tradición y la tecnología, la juventud bantú tiene una postura clara: “si la filosofía bantu no ha evitado nuestras desgracias, demos la oportunidad a la tecnología”. Aunque los estudios, tanto de los africanos como de los extranjeros, reconocen que la sociedad bantú sigue valorando la comunión como parte imprescindible de su identidad cultural y uno de sus valores más importantes por encima de los valores individuales. No obstante,

“es un hecho, también, la relevancia que está adquiriendo el individuo y su reivindicación de una mayor autonomía frente a la presión, y a veces opresión, de la comunidad. En este sentido, valores tradicionales tan fundamentales como la solidaridad, la hospitalidad, el respeto a la autoridad, el amor a la vida, la procreación, etc., aunque siguen siendo considerados como valores fundamentales, sin embargo, sus fórmulas tradicionales de expresión son cada vez más cuestionadas” (GARCÍA GARCÍA (1999) 128. La cita original pertenece a BUJO, B., Africa e morale cristiana (Roma 1994) 69).

Nadie se atreve, todavía, a sentenciar la muerte de la cultura bantú, al estilo de la muerte de Dios y de la Razón después de la Segunda Guerra Mundial en Occidente. Pero está claro que una cultura incapaz de defender la vida está abocada a la desaparición. La entronización del placer breve pero profundo, la magia de la tecnología que se autogenera y engancha, la exigencia de respuestas profundas en mensajes instantáneas, todos estos fenómenos nos señalan el punto de llegada: la fuerza vital es un aparato con una pantalla parpadeando en manos de un ser humano desbocado. Así pues, alea icta est.

Última revisión: 11 de marzo de 2023.